domingo, 27 de diciembre de 2009

El día de los inocentes… musicales

Pues nada, como bien dice el dicho castellano “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”, voy a usar el tópico para mi provecho y satisfacción de esta jornada que nos conduce a risas, bromas y fina ironía. Podríamos extrapolar lo que vamos a comentar en este documento a todas las fechas del calendario; nos beneficiamos y usamos de parapeto el día de los inocentes, aunque de algunos de los que hablaremos de infantes y cándidos cada vez tienen menos. De camino, haremos lectura del año que acaba y otorgaremos, como se merece, ilusión al año que comienza en breve.

Empezamos por los locales y salas que en Huelva se dedican a llevar música hasta sus estrechos escenarios… porque he tocado en lugares ahogados, pero como en las tablas que colocan en determinados sitios, es difícil no meterle con el mástil de la guitarra en la cabeza a algún camarero o a alguien que con tanta pasión que se coloca en las primeras filas de un concierto. Y la verdad, con la voluntad solamente no hacemos nada.

La mayoría de los empresarios de estos lugares apuestan claramente por la música en directo, algo que es de agradecer, pero la verdad es que deberían de ponerse de vez en cuando en la piel de algunos de los músicos que contratan. Decir a su favor que el trato es inmejorable: las mejores tapas y los licores más exquisitos se los ofrecen a sus músicos.

Otro problema que plantean son los equipos de sonido de los locales; algunos no saben ni lo que tienen; ¿tan difícil es hacer un recuento de los cables y donde se colocan? Sacarían mayor rendimiento a sus inversiones y serian señalados como locales donde la música suena como debe de sonar. Que ese es otro problema: las músicas que nos hacen escuchar a veces son tremendamente inapropiadas e insípidas. Hay mucho dj distraído por nuestra querida Huelva que cobran más por su belleza externa y sus horas de sesión en el gimnasio que por la música que ponen.

Vamos a hacer un repaso ahora por los músicos o aprendices a serlo. Partiendo de la idea que la música es un bien universal y todos tenemos derecho a recrearnos en ella, tanto escuchándola como produciéndola, no estaría mal que algunos de ellos pasaran de vez en cuando por alguna academia o escuela. La idea de aprender música a algunos les riza la piel. Ellos con tocar y que suene, ya se contentan. Y lo curioso es que sin saberlo, hacen una música de gran calidad. No quiero ni imaginar qué pasaría si encima supieran lo que están haciendo, o haciendo música todavía con mayor sentido de la que hacen.

Hay bandas en Huelva con cantidad de estos músicos, y suenan de manera exagerada. Es de verdaderos aplausos llegar a tan altos niveles de manera autodidacta. Aprender música, en el fondo, debe ser una asignatura pendiente porque alcanzan grandes niveles con tan sólo voluntad. Además, se fomentaría el conocimiento general de todos. Sería algo muy positivo.

Le ha llegado el turno a las administraciones y a nuestros queridos políticos. ¿Quizás pensaban que se iban a librar? Pues no. Al ayuntamiento de nuestra capital y de algunos pueblos de la provincia le vendría bien que los gestores se dejaran llevar más por sus conocimientos que por los beneficios que les reporta el ser populares y aceptados. La cultura sirve sobre todo para educar, no tan solo para divertirse y entretenerse. Traer al famoso mediático de turno a parte de costar hasta cuatro veces más que otras opciones con mayor fundamento, solo satisface a aquellos que se llevan todo el día pegados al televisor, y eso ni somos todos, ni se acerca. No se hace cultura para contentar a la gente; la cultura vive en sí misma, partiendo un mínimo para ser punto de inicio de la manifestación artística. Los festivales y conciertos organizados que han sido suprimidos o aplazados, fomentarlos con la gente de Huelva. Ese es otro tema: como maltratamos las cosas de nuestra tierra.

Desde la diputación y la junta la misma historia pero con formas diversas: no miden a todas las artes con el mismo rasero. Mucho teatro, mucho cine, mucha poesía, mucha pintura, pero poca música. Lógicamente todo tiene que tener su sitio, pero el agravio y la mortificación al que se tiene tratada la música siendo la expresión artística que más mueve en todos los sentidos, es constante. Y volvemos a que el apoyo a la gente de nuestra tierra es mínimo; creo que el dicho ese de “nadie es profeta en su tierra” lo inventaron por aquí.

Seguro que algo se queda en el tintero. Desearos desde esta tribuna un nuevo año lleno de música y todo lo demás que se necesita para poder disfrutar de ella. Desde aquí, un abrazo sincero a todos los amantes de la música, en todos sus estamentos.

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