domingo, 20 de septiembre de 2009

Amados Beatles

Por enésima vez se vuelve a estirar la mediática vida musical de los cuatro muchachos más famosos de Liverpool. Toda su discografía se ha mejorado digitalmente a través de un nuevo sistema sonoro denominado “Cedar Audio Cambridge” que consiste en la restauración del audio original de todo tipo de imperfecciones, ruidos y la sensación del sonido analógico. Un milagro total de la era digital.

Escuchar “Love me do” o “Let it be” con la sonoridad actual a mí, personalmente, me resulta extraño. No deja de ser interesante como la aplicación de las nuevas tecnologías hacen un autentico prodigio con grabaciones analógicas básicas. Pero para los que nacimos y crecimos con el vinilo, las sensaciones son insólitas. Si bien hemos progresado con este desarrollo tecnológico, también hemos escuchado siempre diferentes sonoridades dependiendo de cuando se realizaron las grabaciones.

Desde que mi querido Pepe Barros me enseñara a amar a la banda más influyente de la música de los últimos cincuenta años, tenía asimilado de escuchar a The Beatles con la sensación del estéreo grabado en los simples “cuatro pistas”. Existe un traslado emocional auditivo muy concreto, nada que ver con lo que habitualmente nos da hoy las plataformas informáticas de audio. Para el melómano es tan diferente, que el simple hecho de escuchar un Cd de las primeras remasterizaciones de mediados de los noventa ya resultó raro.

Ciertamente, que se escuchen en una plataforma u otra a los que adoramos su música nos da igual. The Beatles está por encima de todo eso. Se reanuda otra nueva campaña comercial encaminada a la temporada de otoño – invierno que culmina con el período navideño para hacer que la empresa sea rentable. Incluso se ha desarrollado un videojuego, algo que para los verdaderos seguidores ya les puede quedar hasta un poco lejos. La repercusión de la banda en infinidad de músicos de todo el mundo hace que todo sea demasiado atractivo, pero se echa de menos otro tipo de proposiciones que las constantemente económicas.

Desde que a principio de los sesenta se unieran Lennon, McCartney y Harrison, sus canciones han sido la banda sonora de muchas vidas. Ringo Starr llegaría después, como casi todos ustedes saben. Publicaron veintiocho discos entre álbumes y sencillos, logrando infinidad de números uno en las listas de venta de todo el mundo, sacando ediciones en una cantidad increíble de idiomas y propagando un fenómeno jamás vivido. Su música estaba influenciada por el rock and roll americano de los cincuenta, el skiffle, el Tin Pan Alley e incluso el rock psicodélico. Pero todo convergió en una manifestación popular y musical de alto nivel. Y The Beatles ha sido reconocidos como icono fundamental del Pop y del Rock en su máximo exponente.

Sus influencias, no sólo en el terreno musical, si no también en el cultural y social movilizaron a varias generaciones. Sus aportaciones marcaron el camino de músicos, oyentes y hasta políticos. Hay quien los reconoce por su atribución, pero desconoce mucho de ellos y de su música. Con esto quiero decir que una de las cosas que vemos positiva de este nuevo giro de tuerca a su obra musical podría ser aprovechada para que todo aquel que siempre ha querido saber el por qué del hecho Beatles se acerque de manera moderada a ellos. Yo lo hice hace años y los sigo disfrutando desde entonces.

La gran variedad de canciones y de sus mensajes correspondientes, hace de sus más de doscientas composiciones un compendio de multitud de posibilidades sonoras y sensitivas. Su producción incluso se aletarga después, en sus carreras en solitario. Incluso la pronta perdida de Lennon no nos privo de su excelente creación musical durante diez largos años. Y los posteriores intentos de unir a los cuatro componentes inclusive sin la participación física de Lennon, fue un hito en la esperanza de volverles a ver haciendo música juntos. Algo grande, no cabe duda, aunque sea digitalizado.

Pero aunque todo se remueve, cincuenta años después, me quedo con pensar que cada vez que los escucho vivo una época que por edad no me toco vivir. Tengo la sensación de haber disfrutado con cada llegada del último lanzamiento de sus discos, de cómo aquí en España pasábamos de puntillas por un periodo de libertad demorada, del crecimiento de una Europa destrozada por la sinrazón, y del abatimiento de los lugares pobres por las grandes naciones, que de grandes solo tienen en el sentido económico. Es un puro regocijo escucharlos y sentir que viajo en el tiempo, un tiempo que nunca viví, pero al que puedo viajar cada vez que acerco a mis oídos la música de The Beatles.

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