domingo, 27 de septiembre de 2009

Guitarras, tan sólo guitarras.

Como algunos de los amables lectores ya saben, y quien no, me satisface comunicárselo, soy un gran enamorado de estos instrumentos con forma de ocho. No sólo por ser el instrumento que durante multitud de años ha sido mi más fiel compañera de viajes musicales, si no por haberme permitido ser el vehículo comunicativo físico con el cual crear y expresar todas mis inquietudes artísticas sonoras.

La guitarra es un medio de cuerda pulsada de orígenes dispersos y variados, ya que desde la antigüedad se han usado multitud de instrumentos similares pero con formas y sistemas diferentes. Hay bajo relieves de mil años antes de Cristo donde se pueden observar diversos cordófonos, demostrando que los inicios se remontan casi a los comienzos de la historia de la música. Después llegaran salterios, cítaras, sitares y monocordios. Pero a quien podemos considerar ascendiente directo es al laúd o ud.

Este instrumento de origen árabe ostenta por derecho propio ser el pariente más cercano de la guitarra. También encontramos una disección con la aparición de la mandola o mandolina en Europa a principios del segundo milenio.
Pero la trasformación final va a llegar de mano de la vihuela, semejante al laúd pero de caja plana y estrecha. Y aunque en sus principios, tanto la vihuela como la guitarra renacentistas se usaban para el acompañamiento y para exclusivamente el rasgueo, durante el siglo XVI se llevan a cabo los primeros libros y colecciones de tablaturas y cifrados para tañer vihuela del sevillano Alonso de Mudarra entre otros. Ya en el siglo XVII, aceptada por evolución la guitarra, el insigne teórico y guitarrista Gaspar Sanz creo multitud de tratados que hoy en día siguen en vigor y se continúan estudiando. Como anécdota contarles que este aprendiz de guitarrista eterno estudió en sus años de conservatorio más de un estudio del caballero Gaspar Sanz, con dificultades y más de un dolor de cabeza.

El siglo XIX consolida la guitarra moderna como elemento indiscutible del discurso musical español, con la presencia del maestro Francisco Tárrega, que revolucionó la técnica del uso de pulsar las cuerdas, evolucionando hasta los conceptos más modernos, la mayoría en su totalidad usados en la actualidad. Confirmarles de la misma manera que a Gaspar Sanz, a Tárrega se le sigue estudiando e interpretando en multitud de conciertos y audiciones. Incluso en los últimos tiempos he podido observar como algunas pequeñas obras como Lágrima o Adelita han sido usadas como soporte sonoro para anuncios televisivos.

De gran importancia es también el desarrollo en base a su construcción. Almería se convierte en el lugar donde Antonio Torres junto con la colaboración de Julián Arcas se reestructura físicamente la guitarra actual que se expande por todo el siglo XX. Podemos destacar a Andrés Segovia o al murciano Narciso Yepes como exponentes de la guitarra a nivel mundial durante esta centuria.

Este trayecto largo y variante va a ofrecer una serie de variaciones de suma importancia para diversos conceptos a nivel estético musical, pudiendo encontrar disparidades de la guitarra. En Estados Unidos, Orville Gibson readaptó la guitarra clásica con cuerdas de acero, dando origen a la guitarra acústica. Este modelo era usado para entonar canciones del western americano a finales del diecinueve, y va a ser la propulsora de la guitarra eléctrica a principios del veinte.

El uso de la guitarra en el fantástico mundo del jazz hizo que a las guitarras de caja huecas se les pusieran unos micrófonos para poder amplificar el sonido y competir en volumen con sus hermanos de concierto. De este modo, se le fueron incorporando unos fonocaptores electromagnéticos que recogían las vibraciones y eran codificadas en pulsos eléctricos que se mandaban a un amplificador de sonido. De este modo nace la guitarra eléctrica, en la que Leo Fender y la empresa Gibson, con la colaboración del guitarrista Les Paul, tuvieron un papel de importancia en su diseño. Estas guitarras pasaron de ser guitarras de cuerpo de caja hueca a ser de material solido, aprovechando las características de la vibración del cuerpo de una pieza o de dos ensambladas.

Otra de las variaciones o diferentes utilidades a las que se le ha dado en España ha sido para el acompañamiento del cante flamenco. Así mismo se logra, en un giro de tuerca más a las posibilidades de este instrumento tan rico, que la guitarra flamenca llegue al concepto de solista, equiparándose a la guitarra de tradición clásica, y situándose gracias sobre todo al grandísimo Paco de Lucía, en la misma posición que otros formatos musicales donde se presenta con un papel principal.

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