domingo, 29 de noviembre de 2009

Cumpleaños feliz

Pues sí, estamos de aniversario… o por lo menos yo. A principios del mes de noviembre he cumplido mi primer año escribiendo e intentando aportar mis ideas y punto de vista a los maltrechos lunes onubenses en el ámbito musical en este medio de comunicación. Después de varios años dándole, literalmente la vuelta al mundo, al regresar a Huelva mi querido amigo Bernardo Romero, me invitó y brindó la posibilidad de escribir una pequeña crónica de un gran concierto que aconteció una apetecible noche del otoño del 2008. Y así nació El Templete: con objetivos y objeto concretados.

Todo comenzó con la finalidad de llevar a los lectores una impresión lo más cercana posible de las sonoridades y armonías que, por otro lado, mi gran maestro José Luis Rodríguez hizo arrancar de “sus manos” en el Gran Teatro capitalino. Fue mi primer artículo en El Mundo Huelva Noticias y mi primera tentativa en la defensa de músicos y música, sobre todo si son hijos de nuestra tierra.

Imagino que como cocer habas se cuecen en todos los lados, también en el mundo de la música nos sentimos pocos apoyados, nada fomentados y la mayoría de las veces maltratados. Yo como soy aun más afligido e idealista pienso en el poco respeto que existe hacía lo que no es tan sólo una profesión, sino una pasión, volviéndose todo mayoritariamente de color gris.

Es por esto por lo que cada vez que denoto que alguien quiere participar de mis semejantes objetivos, me vuelvo hacia él con ánimo y candidez. Lógicamente, a menudo te acercas equivocadamente a quien no debes, pero en la generalidad de las ocasiones encuentras en cruces de caminos gente con la misma lucha, o con la aplicación de proteger frentes comunes. Creo que mi postura puede ser tomada como intransigente, pero mi educación y conciencia es lo que me pide.

En estos más de doce meses, son muchos los amables lectores que me han ayudado con un simple “te leo todos los lunes en El Mundo”, dispensando un nuevo afán para continuar con la organización delicada de las letras, algo que como Licenciado que soy en Humanidades, la antigua Filosofía y Letras, debería dárseme bien. Sinceramente, soy más de las filosofías que de las letras: gana el alma por goleada a lo terrenal.

Aunque también me he cruzado con aquel que me atormenta por no escribir unas dedicadas líneas en su favor, este no merece por mal tratar y usar la música en pro de cuestiones alejadas a la realidad y a la construcción existencial de tan magnífico arte. Del mismo modo que me siento cercano de quien ama todo lo musical, también detesto, y con enorme fuerza, a aquel que por asentar beneficios propios y asuntos distanciados, usan a propósito la música para sacar tajada desproporcionadamente.

Es hondamente satisfactorio estar cerca de todos los proyectos que fomentan y procuran respeto por los músicos y la música hecha de verdad. Son infinidad las opciones y ensayos por parte de los patrocinios privados de mantener en Huelva un circuito de música en directo. El problema, que además lo hemos tratado en bastantes artículos, es no sólo no contar con el auxilio institucional, si no que son un cúmulo de trabas las que se les presenta, cuando esta actividad debería incluso estar subvencionada, tal y como se hace en otras ciudades españolas.

En cada uno de mis palabras he procurado que se entendiera no sólo un propósito, si no que se pudiera buscar una segunda línea, algo más meditado y subterráneo. Sé que es muy complicado llegarle a todo el mundo, pero mis esfuerzos siempre han estado y estarán encaminados a un mismo objetivo: no sucumbir en lo material, en lo efímero… mejor llenar el espíritu de sensaciones a través de cualquier manifestación artística que estar pendiente de lo superfluo de las vidas ajenas, por ejemplo.

Debemos estar dispuestos a meditar y a valorar sobre las cosas que nos rodean, siendo la música parte inherente e inseparable del ser humano. Pero sin categorías ni disyuntivas, sabiendo disfrutar en cada momento de lo humano y terreno, aglutinando en ello también la parte emocional y sensitiva más pura y quizás única.

No desperdiciar el tiempo en la desidia y en la pereza, romper con las modas y los oportunismos sectarios que azotan a los grupos sociales del siglo XXI con designios poco claros.

Gracias por vuestros mensajes constantes en el blog de El Templete, a los comentarios que me hacéis llegar personalmente, y por supuesto al medio que me deja escribirles, por la libertad de la que gozo para poder expresarme semana tras semana. Va por ustedes y por otro año más de referencias musicales, vivencias en su alrededor y conmociones armónicas y sonoras.

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