domingo, 4 de julio de 2010

El mundo según Khaled

Según la teoría de la recepción de Hans Robert Jauss, la obra de arte se convierte en tal cuando la persona que recibe la información es capaz de reflexionar sobre ella. Es por esto, que una de las formas concretas y a veces inherentes a la música como expresión artística sea la de cumplir con el rol de ser espectador y participar en los conciertos de manera pasiva, pero al fin y al cabo intervenir.

Una de las mejores experiencias que tienen cabida en el recuerdo, es la sensación que te llevas al salir de un concierto de importantes referencias. Y eso es ya lo máximo cuando no llevas ningún conocimiento previo sobre lo que va a ocurrir en el escenario. Aun así, para todos los que el pasado viernes sí sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en el marco del Foro Iberoamericano de La Rábida, también recibimos nuestra ración de características no esperadas, ya que siempre del disco de estudio al directo nos encontramos con ciertas diferencias, para bien o para mal.

Interesantísima propuesta la que se ofertó a todos los onubenses en una noche cálida que podría hacernos viajar a las mágicas vigilias del Mediterráneo estival. Cheb Khaled (Orán, Argelia – 1960), es en la actualidad, y desde hace años, el representante más popular de la Música Raï en todo el norte de África. Aunque reside en Paris desde hace años por cuestiones políticas, su relación y responsabilidad con la tradición musical argelina es total, con su cultura y sus costumbres.

Con una agrupación de siete excelentes músicos, también de diferentes conceptos y países, reunidos en torno a un concepto musical concreto, argelinos, marroquíes y franceses llevaron a cabo la sugerente iniciativa del “joven” Khaled. Él está en el centro de todo, dirigiendo y manipulando todo el concierto desde que comienza hasta que termina. Con una amplia sonrisa y constantes movimientos de danza, algunas muy propias y dentro de la diversión de los motivos sonoros, cada tema iba desgranando la característica estilística en la que desde hace tiempo, siempre se ha movido.

Sus comienzos como músico en su lugar natal, son de orígenes autodidactas y de múltiple instrumentista, llevando sus raíces de un lugar a otro por toda la costa argelina. Pero todo cambia cuando su propio padre, amante de la buena Música y de otras manifestaciones musicales más occidentales, le sirve de punto de partida para recrear y componer dentro de una consideración muy particular. No desdeña absolutamente nada, y es realmente curioso poder observar como la persistente realidad sobre su fusión estética fue creciendo durante toda su trayectoria.

A finales de los años ochenta, debe dejar su país ante el asesinato de varios compañeros con las mismas inquietudes que él, asentándose en la capital francesa. Esto va a hacer que su proyección se dispare gracias a la grabación de varios discos donde la fusión es ya total: rock, pop, reggae, música cubana e incluso flamenco, se denotan en todas las composiciones y arreglos de estos registros fonográficos. Fue interesante poder advertir en uno de los temas que interpretó en el Foro a solas con su laudista, una virtuosa compenetración entre la interpretación y una malagueña o cante parado tal y como un fandango natural, una granaína o una taranta.

Su carácter fue en todo lugar afable y afectuoso, muy expresivo y comprometido. E incluso bromeo largamente sobre su laudista; eso sí, en árabe, con lo que solo entendimos algunas de las expresiones más claras. Demostró de esta manera, un saber estar y un criterio de disfrute propio que transmitió a todos los allí presentes.
Para aquellos que están descubriendo a Khaled con este artículo, decirles que llegaron un poco tarde. Invitarles a acercarse a todos a los conciertos de aquellos músicos poco conocidos o no mediáticos, porque la sorpresa puede ser de gran valor. A veces, el hallazgo de algo nuevo, puede tener una apreciación más que interesante para nuestro saber y posterior disfrute, quitando de en medio mucho de lo superficial con lo que nos bombardean desde los medios.

El foro vibró como en otras gloriosas Noches de Música de las que hemos sido testigos desde siempre. La búsqueda de estos artistas que tienen tanta alta estima a nivel mundial como constantes embajadores de su propia cultura, exportándola hasta aquellos alejados de sus realidades sociales y hacernos participes de ello es sin duda alguna, toda una fortuna para Huelva. La tierra onubense es un crisol de fórmulas folclóricas de multitud de invariables lugares. Somos pura fusión. Es una pena renegar de algo que es parte de nosotros, y es nuestro condicionante histórico el que debe prevalecer en nuestra forma de actuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario